La historia del esquí acuático comenzó mucho antes de lo que uno supondría. Fue en el año 1922 cuando un jóven, nombrado Ralph Samuelson, de una pequeña ciudad en los Estados Unidos tuvo la idea de intentar esquiar sobre agua, como lo hacia regularmente sobre nieve. Entonces un dia ese muchacho de dieciocho años de Lake City, Minnesota, decidió probar si podría hacer esquí en el agua. Con la ayuda de su hermano lo estuvo probando durante unos dias en el lago Pepin, ubicado en su ciudad natal. Al principio utilizaba esquíes que eran dos tablones de un barril y después lo intentó con esquíes de nieve; finalmente se creó sus propios esquíes a partir de diferentes trastos viejos que compró a traperos de la zona. Solo tres años después, durante una exhibición realizada en mismo lago Pepin, Ralph realizó su primer salto de esquí acuático, usando una rampa que creó el mismo.
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